miércoles, 24 de septiembre de 2008
Julio Cortázar, en Rayuela.
lunes, 22 de septiembre de 2008
El ir y venir como movimiento
entre flujo y reflujo,
entre paso y paso
Maldita felicidad
que al mencionarla se esfuma,
hermosa la esperanza
que se mantiene firme
Si no fuera, porque tu música es tuya
tu canto crea espacio en el cielo
Si no fuera, porque me rodeas
y me cuidas
Si no te golpease roca,
no te querría.
Siempre desearon imaginar
finales a nuestras vidas,
jamás entendieron que son éstos
los inicios de nuevas formas
Así, es la palabra fin
la que llena sus bocas,
la que circula como la esperanza
entre los acabados
Si sólo soy una gota de raíces cristalinas
y sabor de sal
Dónde si no fuera porque tus ojos
tienen color de roca;
roca de gruta, gruta de cobijo
con humedad de fuego encendido.
Sobre versos de Pello Mariñelarena, muerto por la estupidez humana.
jueves, 18 de septiembre de 2008
miércoles, 17 de septiembre de 2008
Un hombre trabajado por el tiempo,
un hombre que ni siquiera espera la muerte
(las pruebas de la muerte son estadísticas
y nadie hay que no corra el albur
de ser el primer inmortal),
un hombre que ha aprendido a agradecer
las modestas limosnas de los días:
el sueño, la rutina, el sabor del agua,
una no sospechada etimología,
un verso latino o sajón,
la memoria de una mujer que lo ha abandonado
hace ya tantos años
que hoy puede recordarla sin amargura,
un hombre que no ignora que el presente
ya es el porvenir y el olvido,
un hombre que ha sido desleal
y con el que fueron desleales,
puede sentir de pronto, al cruzar la calle,
una misteriosa felicidad
que no viene del lado de la esperanza
sino de una antigua inocencia,
de su propia raíz o de un dios disperso.
Sabe que no debe mirarla de cerca,
porque hay razones más terribles que tigres
que le demostrarán su obligación
de ser un desdichado
pero humildemente recibe
esa felicidad, esa ráfaga.
Quizá en la muerte para siempre seremos,
cuando el polvo sea polvo,
esa indescifrable raíz,
de la cual siempre crecerá,
ecuánime o atroz
nuestro solitario cielo o infierno.
Jorge Luis Borges. El otro, el mismo.
lunes, 15 de septiembre de 2008
viernes, 12 de septiembre de 2008
martes, 2 de septiembre de 2008
lunes, 1 de septiembre de 2008
insensato
por haber visto y reclamado
una sorpresa
o quizás 10 segundos
de una mirada atónita de niño
para ese conjunto de células,
esa manifestación de carne
ese grupeto de materia
que se hizo hueso y se hizo sangre
se esculpió los ojos y las uñas
y sin más guía
que quién sabe cuántas mañanas de sol
y quién sabe cuántos kilómetros de sal
ha logrado arribar al día
donde con un suave gesto
pasa delante de mí,
elegante,
flotando
sin mas ayuda ni conciencia
que la que desconozco en absoluto, o no tanto.
Me acusarán de obsesivo, distraido
insensato
por haber visto y reclamado
una sorpresa
o quizás 10 segundos
de una mirada atónita de niño
para esa gaviota
que es porque es
y no porque yo
o porque ese ciego.